Miju Lee es una artista surcoreana que explora las emociones y la memoria humanas a través de una pintura íntima y onírica. Sus lienzos se componen como paisajes interiores, espacios en los que objetos, criaturas y sensaciones se funden en una perspectiva plana y suaves campos cromáticos. Basándose tanto en la experiencia vivida como en la imaginación, su obra tiende puentes entre los lenguajes visuales de Asia oriental y la abstracción occidental.

Ha expuesto individualmente en Seojung Art (Seúl), Shinsegae Gallery (Busan), BACK_Y (Taipei) y APOproject (Seúl), y ha participado en exposiciones colectivas institucionales en el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo (Gwacheon), el Museo de Arte de Busan y el Museo de Arte de Acero de Pohang, entre otros.

La obra de Lee refleja a menudo su experiencia de introspección, soledad y conexión emocional. Su figura recurrente, el Yeti, funciona como musa, guardián y autorretrato, simbolizando una presencia frágil que navega entre lo visible y lo invisible.