Francesco Pirazzi (1994, Veroli, Italia) representa escenas aisladas al aire libre en las que el estudio de la luz es el tema central. Para Pirazzi, el sujeto invisible e intangible tiene el poder de modificar la realidad hasta el punto de hacerla casi irreal, en sí misma y otra a sí misma. 

Para Pirazzi, es la luz la que anima las composiciones de personajes inanimados, asemejándolos al actor de cine mudo.   Pirazzi capta escenas en momentos de melancolía, ausencia y suspensión, que actúan como conducto de la verdad en la representación y la belleza. Puede ser el sol deslumbrante, que corta el contorno de una hoja afilada, o la noche más oscura, donde las cosas parecen fundirse, o evaporarse y desaparecer.  Para Pirazzi, la luz es la protagonista de la escena.