B. 1986, Moscú, RU - Vive y trabaja en Brooklyn, NY, EE.UU.

Gosha Levochkin (nacido en 1986) es un pintor ruso-estadounidense, conocido sobre todo por sus obras acrílicas a gran escala en la tradición de la ligne claire. En la actualidad, Levochkin ejerce, enseña y reside en Nueva York. De niño, se trasladó bruscamente a Hollywood desde Moscú, justo un año después del colapso de la Unión Soviética. Como hijo de la inmigración, aprendió muy pronto la importancia de la adaptación como habilidad de supervivencia cultural. La encarnación de esta habilidad ha sido un tema coherente y predominante a lo largo de toda su vida. Gosha abandonó el instituto para dedicarse al arte y trabajar en una tienda de artículos artísticos llamada Blue Rooster, en Los Ángeles, California.  Allí pudo conversar y conocer a muchos de los artistas más notables de Los Ángeles.  A través de esto, se sumergió en el aprendizaje obsesivo de cada herramienta maestra y técnica detrás de la pintura acrílica, acuarela y dibujo. Su habilidad intuitiva para desarrollar personajes únicos, un uso dinámico del espacio, y la aguda capacidad de contar una historia en sus pinturas, rápidamente le trajo notoriedad y la atención de la galería en el mundo del arte contemporáneo de Los Ángeles. A lo largo de más de una década de carrera en Los Ángeles, Levochkin expuso en solitario y participó en exposiciones colectivas en muchos de los principales museos de la ciudad.
colectivas en muchas de las galerías más importantes de la ciudad. Durante este tiempo trabajó en estrecha colaboración con artistas como Rob Sato, Maxwell Mcmaster, Devin Liston, y asistió a Benjamin Jones. En 2015 Gosha se trasladó a la ciudad de Nueva York. Desde allí, ha continuado su práctica diaria de estudio en Brooklyn Nueva York. También fundó Dirty Hands Workshop en Lower East Side Manhattan, donde ofrece una educación artística no disponible en los entornos tradicionales de las escuelas de arte.

Los personajes inidentificables de Levochkin crean y resuelven problemas en el entorno espacial del lienzo. Cada obra puede interpretarse como una especie de acontecimiento mundano en el que estos personajes, que naturalmente descartan los límites de la hegemonía cultural, deben conectarse armoniosamente para superar y adaptarse a la situación en la que se encuentran. Esta conectividad crea una confluencia escultórica de figuras y objetos similares a los humanos, que juntos componen un rompecabezas contundente para resolver el caos. El uso que hace Gosha del espacio es a la vez elemental y estructural. Aunque es geométricamente premeditado, está muy arraigado en la sustancia de la naturaleza. Se percibe una abrumadora sensación de mutualismo y respeto entre todos los componentes de una composición Levochkin.